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22 feb 2011

Freud, Psicología de las masas y el problema de la libertad del siglo XXI.

El ensayo de Freud (1) en esta ocasión se enfoca en el comportamiento del individuo con respecto a los colectivos sociales, llámese masa, multitud etc. Esto en el marco del psicoanálisis que sirve como filtro para encontrar el porqué el sujeto se comporta de una forma diferente cuando está integrado a una masa a cuando esta su propia individualidad. Según Freud, basado en primera medida en Le Bon, el individuo perdería su capacidad de razonar (capacidad que se supone tiene como individuo) al ingresar a masa. Haciendo según Le Bon un retroceso en su evolución; se convierte en un salvaje o un niño. Este concepto Freud lo madura en el ensayo insertando los conceptos de libido que a fin de cuentas son los que en verdad alimentan los lazos que unen a los miembros de la masa con sus iguales y con el líder de esta. la libido o instintos sexuales (que el ensayo explica en detalle) son una serie de proyecciones que hace el individuo como resultado de una serie de procesos sociales, tanto en su vida como en la historia de la humanidad primitiva.
Es de preguntarnos, teniendo presente los conceptos del ensayo y sin recurrir a resumirlos aquí: ¿Esta el hombre contemporáneo integrado a algún tipo de masa constantemente? ¿Qué tipo de libertad tiene el humano contemporáneo con respecto a su comportamiento en masa?
En un mundo cada vez más poblado y con un margen muy pequeño para el aislamiento se podría sobrentender que el hombre está vinculado a una masa, llámese familia, ciudad, nación o incluso aldea global, de forma constante. Dicha masa actúa, tal y como Le Bon la plantea, como un alma colectiva, que piensa razona de una manera idéntica en sus distintos niveles y que en especial castiga o excluye a los que no se comportan como tal. La presencia de caudillos es aun visible, ya que estos se erigen como modelos de deber ser, o de ideal del yo, en términos de Freud; desde el padre, el profesor, el líder político y en la masa guiada por consumo los ídolos de esta; cantantes, modelos, actores etc. Es más común hoy en día que los componentes de la masa sean guiados por la ilusión de la igualdad, y por lo tanto la identificación de los demás con un yo, que se identifica con los demás como miembros de una misma ciudadanía. En ese contexto, en esa masa global con sus respectivas divisiones geográficas y sociales se inserta el concepto de una supuesta libertad, promovida por legislaciones mundiales y nacionales y aun mas allá por legislaciones no enunciadas en constituciones o derechos internacionales y son aquellas legislaciones sociales que promueven libertad sexual, de consumo, de pensamiento etc. Estos nuevos códigos sociales sumados al mundo mediático proponen una ilusión al humano contemporáneo, una ilusión de no pertenecer a una masa que tendría las mismas condiciones que describe Freud. ¿Estamos los individuos del siglo XXI fuera de cualquier tipo de agrupación de multitudes y por lo cual libres para razonar según nuestra propia individualidad, lejos de la mente primitiva, enlazada por la libido? En mi parecer es una muy buena ilusión que plantea el proyecto progresista de nuestra época (buena por su funcionamiento), ya que el humano se ha dotado de una supuesta individualidad y libertad que no tiene, esta ausencia de individualidad se aprecia en la poca capacidad que tiene el sujeto de estar contracorriente o por fuera de las comodidades de la tecnología.
La identificación, la hipnosis, el enamoramiento, el objeto sexual y demás conceptos relacionados con la libido que Freud usa para explicar las relaciones entre los miembros de la masa y sus caudillos hoy en día están presente a través de una fuerte significación sexual que asume la idealización propuesta por la publicidad y las comunicaciones. Dicha idealización está sustentada en el ideal de progreso que desde la ilustración se plantea en la base de la igualdad, que sin embargo no es para todos sino para quien tenga las capacidades de adquirir dicho progreso en una competencia de iguales, lo cual no es del todo cierto.
En resumen y conclusión; el humano contemporáneo pertenece, por su condición de animal social, a una masa en todos los momentos de su vida, en primer medida la familiar pero muy tempranamente a una masa mundial adscrita al proyecto progresista de occidente, masa que se revela al individuo a través de los medios cada vez más abundantes e instantáneos. Este proyecto de sociedad, o de masa, tiene modelos o caudillos que agrupan todos los ideal del yo. En estos ideales del yo los sujetos colocan sus impulsos sexuales, redireccionados a través de las represiones sociales en la niñez, además de identificarse con los otros sujetos que los ideales de republica y democracia proponen como iguales, no en privilegios sino en responsabilidades. Gran parte de este proceso se hace con la fachada de libertad individual, que es rápidamente direccionada a una libertad de consumo, todo lo anterior con el fin que la economía funcione a partir de dichos egoísmos individuales, tal como sostenía Adam Smith. Sin dejar de lado que el componente sexual que se revela a los consumidores como un objeto de deseo y que en ultimas mueve gran parte de la maquinaria comercial y económica del mundo del siglo XXI.



(1) Freud, Sigmund. Psicología de las masas, Traducción: Luis López – Ballesteros y de Torres. Alianza Editorial, Madrid 1980.

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