lolo

21 dic 2011

Sin nombre


No soy la roca ni el camino              soy la sombra y el grito,
soy el fulgor pálido de la espada          chocando contra el escudo de hierro.

Eterna sombra del ruego,                eterno llanto en medio del trueno,
me rodea el dolor de los héroes,          dolor silencioso y vivo.

No soy el llanto de la madre,         ni la preocupación del padre.
Soy el gobierno del tirano,          y su muerte por mi mano.

Gloriosa lluvia de fuego,                   que arrasa con lo malo y lo bueno.
Ceniza del espacio y del tiempo,          clamor lejano que suena en estruendo.

Nacido de las cuevas más oscuras,        criado y alimentado por la lluvia,
entrenado en el crujir del hielo,               y muerto por la deserción humana.      

No soy la pérfida vanidad del humano,        no soy la luz de lo no sacro.
Soy la estrella olvidada por el hombre,        que brilla solo en acero noble.

Hermoso cantico trágico y eterno,               canto del destino guerrero,
del soldado pagano muerto y enterrado,        del aniquilado ardor sin fuero.

Cobardia eterna de los humanos,          desertores de sus propias promesas.
Refujiados en su minima pobreza,        solo dignos por valor hurtado.

No soy el futuro inexistente,          ni la seductora promesa del presente.
No soy eso ni el pasado,          solo soy un clamor lejano:

…muere dignamente, lo demás contigo quedó enterrado. 

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